Se barajan nombres, se reciben carpetas. La Federación Boliviana de Fútbol (FBF) no quiere equivocarse, sabe que la afición los “crucifica” si no se clasifica al próximo mundial
Pero ¿Es así de fácil? Intentemos encontrar algunas respuestas a lo que realmente se quiere para Bolivia y su futuro a nivel selección:
Entrenador no director técnico – no solo dirigir, también formar – en coordinación con los responsables de las divisiones inferiores. Inyectar no sólo los conocimientos técnicos tácticos, sino también generar un sentimiento ganador que vaya de la mano con la alimentación ideal para fortalecer a las nuevas generaciones: Nos hace falta elevar el autoestima, aprender a ser ganadores de verdad, con actitud
Proceso en todo el ciclo clasificatorio sin pausas ni cambios abruptos de entrenador, no le hace bien a una selección en etapa de formación que promueve una identidad de juego. La dirigencia debe conformar un equipo de trabajo, más allá del nombre de un entrenador.
Más chances que en anteriores procesos clasificatorios. La FIFA suma 16 selecciones más a comparación de las últimas ediciones, serán 48 el 2030 y a la zona sudamericana se sumarán a los cuatro cupos y medio, al menos dos selecciones más. Las posibilidades crecen y será el momento de aprovechar.
El dinero pasa a ser lo de menos si el elegido encabeza un equipo con un proyecto formativo. Si los éxitos llegan, suman auspiciadores, el público va a la cancha, todos quieren aportar y lo económico pasará a un segundo plano. El técnico se paga solo.