Philip Nitschke, defensor de la eutanasia inventó una máquina “suicida” que permite a los usuarios decidir el día de su muerte. En una conferencia de prensa indicó que está facilitando la vida a muchas personas que sufren de enfermedades terminales.
El ingenio tiene el nombre de “El Sarco”. Muchas personas lo ven con un aspecto futurista. Sus características son muy llamativas ya que a simple vista tiene la forma de un ataúd. Algunos modelos están con vidrios polarizados.
Sólo una persona puede ingresar a la cápsula. En el interior se debe presionar un botón que expulsará nitrógeno líquido, una sustancia química muy fría. Aseguraron que el usuario se sentirá muy borracho, caerá inconsciente y después perderá todos sus signos vitales.
El artefacto se estrenó en Venecia el 2019. Nitschke explicó: “Pueden remolcarlo o tenerlo con vistas a lagos o donde quieran. Pero cuando estén listos para morir sólo ingresarán un código para entrar y en minutos perderán la conciencia”.
Interesante ¿no?.