Al hablar de divertículos nos estamos refiriendo a una serie de bolsas pequeñas y abultadas que llegan a formarse en el revestimiento del sistema digestivo. Normalmente se alojan en la parte inferior del intestino grueso y son muy comunes en personas mayores de 40 años. En algunas ocasiones estas llegan a inflamarse o infectarse por lo que para cuando esto sucede se le denomina a la afección como diverticulitis.
Esta anomalía puede llegar a producir dolor abdominal, fiebre, náuseas y un cambio notable en los hábitos del intestino.
Una diverticulitis leve puede sobrellevarse con reposo, cambios en la dieta y antibióticos, mientras que en el caso de mayor gravedad puede llevar a la opción de una cirugía de emergencia.
Entre los síntomas más comunes está el dolor, el que puede ser constante y mantenerse por varios días. Normalmente se siente en la parte izquierda del abdomen, sin embargo en ocasiones el dolor se torna más intenso en la zona inferior derecha del abdomen. La fiebre y nauseas son uno de los indicativos principales que pueden alertarte que estés padeciendo esta enfermedad, acompañado de un estreñimiento o diarrea, según explica la Clínica Mayo.
El desarrollo de esta afección suele verse cuando el colon se deja bajo presión, esto provoca que las bolsas sobresalgan a través de las paredes, produciendo inflamación o infección.
En cuanto al tratamiento, este varía dependiendo el grado de complicación. Si se trata de un caso leve se recomienda adaptar al organismo a dietas ricas en fibra, esto ayuda a reducir en gran proporción la acumulación de gases y mantener un buen ritmo intestinal, acompañados siempre de antibióticos y algún analgésico. En cambio, si en el peor de los eventos atraviesas por un ataque agudo lo ideal es que seas hospitalizado y que una vez estés internado se coloque un tratamiento de antibióticos vía intravenosa.
Fotos: Shutterstock
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