El sábado 4 de diciembre se registró una repentina erupción en la montaña más alta de la isla Java en Indonesia.
Hasta el momento se reportan 900 personas refugiadas en mezquitas y colegios, 57 heridos y 13 personas fallecidas. No descartan que las cifras aumenten en las próximas horas.
El volcán sumergió al menos 11 pueblos bajo cenizas, destrozó puentes y mató al ganado.
Los equipos de rescate tienen problemas para acceder a las zonas afectadas por las nubes de ceniza y ríos de lodo que se encuentran a altas temperaturas.
Las autoridades están preocupadas, “la mayoría de las víctimas murió justo después de la erupción, alcanzadas por la lava en sus aldeas”, explicó Adi Hendro, portavoz de la agencia de orden público de Lumajang.