Entre derrumbes y escasez de combustible, las salidas de los terminales están siendo difíciles, resultando en cancelaciones y en la necesidad de tomar rutas alternas.
Además, el pasaje ha aumentado de B. 106 a B. 208, lo que afecta aún más a los usuarios.
Las autoridades trabajan en soluciones para mitigar estos problemas y garantizar la movilidad.