La noche de este miércoles, un avión de American Airlines colisionó con un helicóptero militar cerca del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington DC, y ambas aeronaves cayeron al río Potomac.
El avión comercial llevaba a 60 pasajeros y cuatro tripulantes, mientras que el helicóptero Black Hawk transportaba a tres soldados del ejército estadounidense.
Las autoridades no creen que haya sobrevivientes del accidente. Hasta el momento, se han recuperado 28 cuerpos del avión y uno del helicóptero, según informó John Donnelly, jefe del Departamento de Bomberos y Servicios de Emergencia de Washington DC.
Tras horas de rastreo, las autoridades lamentaron en una rueda de prensa por la mañana que las tareas de los servicios de emergencia habían pasado “de ser una operación de rescate a una de recuperación de cuerpos”, indicó Donnelly.
El director ejecutivo de American Airlines, Robert Isom, expresó su “profundo dolor” por la colisión y afirmó que “nuestro objetivo ahora mismo es hacer todo lo que podamos para apoyar a todos los afectados”, durante una rueda de prensa conjunta con las autoridades.
Por su parte, el presidente Donald Trump, publicó en sus redes sociales: “La noche estaba CLARA, las luces del avión estaban encendidas, ¿por qué el helicóptero no subió, bajó o giró? ¿Por qué la torre de control no le dijo qué hacer en lugar de preguntar si vio el avión? Esta es una mala situación que parece que debería haberse evitado. ¡¡¡NO ESTÁ BIEN!!!”.
Entre los pasajeros se encontraban deportistas, entrenadores y miembros de la federación de patinaje artístico de EE.UU., quienes regresaban de un campamento de formación, según informó el organismo en un comunicado. También viajaban dos patinadores rusos y otros ciudadanos de esa nacionalidad, según indicó el portavoz del Kremlin.