Dos periodistas fueron arrestados y llevados a celdas policiales por cruzar los cordones de seguridad en el domicilio del capitán acribillado.
Las autoridades reforzaron las medidas de vigilancia en el área, generando un debate sobre los límites de la libertad de prensa.
Este evento ha puesto en primer plano la discusión sobre la protección de escenas del crimen y el derecho a la información.