Ser estima que son alrededor de 3.000 inmigrantes quienes duermen en el aeropuerto y en las comisarías de la ciudad de Chicago. Los inmigrantes, a la espera de su asilo, duermen en estos lugares debido a la falta de refugios.
Autoridades colgaron, en el aeropuerto, una cortina negra para separar a los inmigrantes de los turistas. Los inmigrantes duermen en camas de cartón improvisadas y usan baños comunes compartidos.
A la fecha no existen los suficientes albergues para recibir a tantas personas, la ciudad de Chicago se esfuerza en las solicitudes de asilo. El viernes 29 de septiembre, Chicago recibió al menos 10 autobuses de inmigrantes. El sábado 30 de septiembre registró ocho llegadas de autobuses y nueve el domingo 1 de octubre.
Los inmigrantes que residen en los refugios reciben comidas semanales y tienen acceso a atención médica, esto gracias a distintas organizaciones.
Algunas autoridades locales declaran que los medicamentos son escasos y que las enfermedades pueden propagarse a mayor velocidad y más aún estando en el aeropuerto.
La mayoría de estos inmigrantes provienen de Venezuela, su primera parada es Texas, pero el Gobernador Greg Abbott, los envía a la ciudad de Chicago.