Según la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Bolivia el 28% de la población es obesa.
De acuerdo al representante de la FAO, Julio Berdegué, cerca de 1.5 millones de habitante pasan hambre y otros 8,6 millones de adultos están en condiciones de obesidad.
La consecuencias del Covid en las economías familiares dejaron en evidencia que en América Latina y el Caribe el hambre convive con la obesidad y el sobre peso.
“La situación de inseguridad alimentaria tiene estas dos caras en Bolivia. Demasiadas personas aún con hambre y muchas veces son las mismas personas porque no hay dinero, porque alimentos hay en Bolivia, la comida no falta, lo que falta es el dinero para comprarla”, dijo Berdegué.
El representante manifestó que nuestro país consume más comida procesada, llena de grasa, azúcares, calorías, sodio, y otros ingredientes que provocan la diabetes y distintos tipos de cánceres “que ya son la principal causa de muerte en América Latina”.
Alega que el problema viene desde antes y que tiene diversas causas difíciles de resolver. El factor monetario es uno de ellos, ya que la comida saludable cuesta más caro y las familias con escasos recursos se ven obligados a comprar comida procesada debido a que es más barata.
“Como la pandemia pegó muy duro en los bolsillos de la gente, muchos millones de personas en América Latina y el Caribe se tuvieron que mover a comidas más baratas porque perdieron el trabajo”, explicó.
Berdegué anunció ante este problema el compromiso de transformar los sistemas agroalimentario para recuperar la ecuación “alimentación es igual a la salud” en la región.