El presidente de Bolivia, Luis Arce, anunció el 18 de noviembre, durante la cumbre de líderes del G20 en Río de Janeiro, Brasil, que su gobierno implementará una “pausa ambiental de 10 años” en las zonas de la Amazonía boliviana afectadas por los incendios forestales. Esta medida tiene como objetivo mitigar los graves daños ocasionados por los incendios que, en este año 2024, han consumido más de 10 millones de hectáreas de bosques en la región.
Arce explicó en rueda de prensa internacional que esta pausa busca “reforzar las zonas quemadas” y dar tiempo para la rehabilitación ecológica de los territorios devastados.
“Bolivia está entrando a un programa de deforestación muy agresivo donde nosotros vamos a hacer una pausa de 10 años en esas zonas quemadas para poder reforzarlas”, dijo el mandatario.
El 11 de septiembre, el Gobierno nacional emitió un decreto supremo que establece una pausa ambiental indefinida en las áreas dañadas por los incendios. La normativa suspende todas las autorizaciones para la quema de bosques, prohibiendo la emisión de nuevos permisos para la quema controlada.
Además, el pasado viernes, Arce destacó que Bolivia ha sido declarada “libre de incendios forestales” gracias al esfuerzo incansable de las autoridades y comunidades para sofocar los incendios.
“Gracias al esfuerzo incansable y lucha constante contra los incendios forestales, hoy podemos asegurar que hemos sofocado todos los incendios en nuestro país”. Sin embargo, permanecemos en alerta permanente ante cualquier amenaza de quemas”, declaró.
El gobierno boliviano también ha subrayado que, en paralelo a la pausa ambiental, se están implementando programas de gestión sostenible del medio ambiente y de evaluación de emisiones de carbono, con el objetivo de reducir la huella de carbono del país.
Sin embargo, el presidente subrayó la falta de apoyo internacional para avanzar en estas iniciativas. A pesar de los esfuerzos internos, Bolivia no ha recibido los recursos necesarios para continuar con la reforestación y garantizar la sostenibilidad de las comunidades indígenas que habitan en las zonas forestales afectadas.