Desireé Nava dice que le falta estatura para ser una portera, pero en su tono de voz se escucha que tiene la valentía y la inteligencia para ser parte de las grandes ligas deportivas. “Son seis horas que viajo diariamente para entrenar en Santa Cruz y volver a mi casa a Yapacaní”, cuenta la deportista de 16 años, que tiene una oportunidad imperdible, pero no cuenta con el dinero para cubrir el costo de sus pasajes. Se trata de una beca para entrenar en la Golden Ball Soccer Academy de Virginia en Estados Unidos.
Para sus padres, Germán Nava y Luz Gardy Marcos conseguir $us 2 mil es difícil, pero no se dan por vencidos y empezaron a hacer actividades para recaudar fondos. Ellos saben que todo esfuerzo es necesario para cumplir el sueño de su hija, quien a pesar del sacrificado viaje y las más de tres horas de entrenamientos que realiza a diario, no descuida sus estudios en el colegio. Desireé entrena a diario en Santa Cruz, hasta donde se desplaza desde Yapacaní.
La adolescente nació en Cotoca y a los cuatro años sus padres la llevaron a vivir a Yapacaní, donde empezó a frecuentar las canchas acompañada de su padre que comparte la pasión con ella y sus dos hermanos. “Yo soy la del medio, mi hermana mayor es jugadora y mi hermano menor igual”, relata Desireé.