La erupción del volcán Cumbre Vieja y el atractivo visual de aquello que actualmente está sucediendo en La Palma desató una oleada de turistas curiosos, a pesar del peligro que conlleva este desastre geológico. El mismo, entró en su sexta semana de erupción y está empezando a crecer con fuerte intensidad.
Según el Departamento de Seguridad Nacional (DSN), el pasado lunes confirmó que “la amplitud de la señal de tremor volcánico aumentó de forma considerable, con numerosos pulsos de intensificación”. En el comunicado, se agregó: “De todos los terremotos localizados, 110 tienen una magnitud igual o superior a 3,0 mbLg y cuatro de ellos tienen una magnitud de 4,0 mbLg, que es la magnitud máxima del periodo considerado”.
Los hoteles se encuentran colapsados, hecho que molesta a los vecinos porque las personas asisten sólo para contemplar la erupción, sin tener en cuenta de lo riesgoso que puede ser estar próximo a éste.
La industria turística local mencionó que si bien esta alta ocupación es “una ayuda”, las perspectivas son malas a corto plazo. Aunque, el turismo actualmente es la única opción que tiene la isla para poder reactivar la economía ya que muchas plataneras quedaron afectadas por la ceniza, los cortes de agua o por la lava.