Los alemanes robaron la Cámara de Ámbar en 1941 que estaba en San Petersburgo. Su destino final era el museo del Führer, pero aseguran que nunca llegó allí y aún hoy se desconoce su paradero.
Pese al tiempo pasado, el misterio sobre el paradero de la antigua cámara no cesa. Recientemente, una expedición polaca levantó todas las alarmas al asegurar que el tesoro de ámbar se encontraba en el fondo del mar Báltico después de que el buque que lo transportaba fuera hundido por un torpedo soviético.
”Los alemanes la consideraban suya, ya que fueron sus artesanos quienes la construyeron”, señala sobre el robo de la habitación por los soldados alemanes en septiembre de 1941.
Por suerte o por desgracia, la cámara nunca llegó a la ciudad austríaca de Linz donde debía haber sido expuesta de manera permanente en un museo dedicado a Hitler.
El mayor experto alemán en ámbar, Alfred Rode, logró quedarse provisionalmente con el tesoro en Kaliningrado, antigua Königsberg y actual territorio ruso, para su estudio y exhibición. La investigadora rusa cree que la escondió bajo llave.